Humedales de flujo horizontal
- Los humedales de flujo subsuperficial horizontal son cedas rellenas de grava (entre 30 y 60 cm, aunque pueden llegar a 1 m de profundidad) en los que se plantan especies vegetales adaptadas a ambientes acuáticos. La lámina de agua está por debajo de la grava, generalmente entre 5 y 10 cm, y por lo tanto no está expuesta a la atmósfera. De este modo, se evita la proliferación de insectos y olores.
- En la grava se desarrollan las comunidades bacterianas responsables de la degradación de los contaminantes y, al mismo tiempo, sirve de soporte para la vegetación. En este tipo de humedales, el agua recorre horizontalmente el filtro y entra en contacto con zonas oxigenadas y no oxigenadas (aerobias y anaerobias). El oxígeno llega al agua gracias a las plantas que lo transportan de la atmósfera a las raíces, donde se crea un ambiente aerobio y anóxico. Normalmente, la cantidad de oxígeno presente en estos humedales no es suficiente para degrada toda la materia orgánica por vía aerobia, por lo tanto, los procesos responsables de esta función son principalmente anóxicos y anaerobios.
- Este tipo de humedales se caracteriza por una alta resistencia al frío y necesitan entre 4 y 5 m2 por habitante equivalente.
Humedales de flujo vertical
- Los humedales de flujo subsuperficial vertical son celdas rellenas de varias capas de grava fina o arena, con una profundidad entre 60 y 100 cm, plantadas con especies vegetales acuáticas. La mayoría de este tipo de humedales se alimentan de manera intermitente y no están permanentemente inundados, alternando periodos de alimentación y drenaje. El agua se distribuye uniformemente por la superficie y se recoge en el fondo por medio de tuberías de drenaje. Además, una serie de tuberías de ventilación facilitan la aireación pasiva (sin energía) del humedal, haciendo que la depuración sea más efectiva al abundar las condiciones aerobias en el medio filtrante.
- Las características de estos sistemas verticales pasan por una menor necesidad de superficie (de 2 a 3 m2 por habitante equivalente), no suelen tener problemas de colmatación (si son bien diseñados y operados) y necesitan un buen sistema de distribución del influente.
Otros tipos de humedales
Se pueden llevar a cabo diferentes estrategias de operación y diseños innovadores para intensificar la depuración con humedales artificiales. Entre ellos destacan los humedales aireados, que pueden ser de flujo vertical y horizontal. La aireación permite que estos humedales sean más versátiles al poder jugar con el régimen de aireación ante elevados picos de carga contaminante, por ejemplo, en periodos vacacionales en pequeñas poblaciones o puntas de producción industriales.
Ventajas de la depuración con humedales construidos
Aquí podemos ver el humedal instalado en la bodega Pazo de Señorans en la provincia de Pontevedra:
Pretratamiento de las aguas residuales
Los digestores no consumen energía, con la excepción del bombeo si fuera necesario, y según las condiciones de operación permiten minimizar la generación de lodos hasta valores nulos. Opcionalmente, los lodos pueden ser tratados in situ por compostaje, o mediante humedales de tratamiento de lodos.